urante años me ha irritado la desconsideración de muchos vecinos, que suelen escuchar música a un nivel de volumen muy alto. Sin embargo, observo que no a todos pasa lo mismo que a mí, es como si para ellos no hubiera ese problema, de hecho, mientras mi sueño se esfuma, en ellos el sueño no se perturba; y, sucede que ahora entiendo que se trata de una conducta fóbica.
Una persona que duerma en una casa frente al mar dejará de prestarle atención al ruido de las olas aunque los primeros días ese mismo sonido lo impresionara o mantuviera en alerta. En cuanto se acostumbre, podrá dormir con una noche de poniente con olas y vientos fuertes. Pero lo mismo, en un hotel de Madrid no pega ojo con el ruido de la ciudad. Son los ruidos desconocidos, estridentes o excesivamente altos los que nos generan alerta. Integrar estos sonidos como para que no te distorsionen es todo un ejercicio de relax que todos merecemos.
Volver al indiceSonidos que son una tortura
La misofonía puede generar una reacción frente a sonidos como los producidos por el goteo de agua, la masticación, la explosión de una bomba de goma de mascar o los sonidos repetitivos como el golpeteo con un lápiz.
Las personas con misofonía pueden sentirse irritadas, enfurecidas o incluso sentir pánico cuando escuchan los sonidos que las perturban.
No todos pueden integrar los sonidos más habituales de sus propias vidas. Existen personas que sienten animadversión hacia los sonidos más cotidianos, esos que se generan casi sin que nos demos cuenta porque forman parte de nuestra vida. Hay personas para las que los sonidos suponen una pesadilla. Su patología se llama 'misofonía' y, literalmente, significa 'odio al sonido'. Sienten animadversión hacia cualquier sensación que perturbe el silencio. Hablamos de sonidos que están tan integrados en nuestro día a día que, en principio, no deberían suponer ningún problema, pero las grandes ciudades pueden más que nuestra cordura y, a veces, lo que entendemos como ruidos cotidianos, pueden suponerte una tortura. El tráfico, las bocinas, cualquier alarma o sirena puede suponer un sufrimiento para aquellas personas especialmente sensibles. Y la sensibilidad hacia los sonidos es algo que sucede sin que exista un condicionante previo. Sin más, hay personas, que no pueden, les incomoda no ya los ruidos estridentes, sino los más cotidianos e, incluso humanos: masticar, caminar, respirar, por no hablar ya de sonidos igual de simples pero un poco más ruidosos como estornudar o toser.
El Síndrome de Sensibilidad Selectiva al Sonido (SSS) considera hipersensibilidad cuando ese rechazo se produce a sonidos de una conversación normal (de entre 40 y 50 decibelios). Nos referimos a personas que no pueden escuchar sonidos que, en muchas ocasiones, no son audibles para otras personas por el mero hecho de estar, simplemente, despistados. Esta animadversión hacia los sonidos a un nivel tan habitual se considera, desde 2013, un desorden psiquiátrico que debe ser tratado por especialistas. El término fue acuñado en 2001 por los neurocientíficos estadounidenses Pawel y Margaret Jastreboff. Se trata de un trastorno neurológico en el que los estímulos auditivos son malinterpretados por el sistema nervioso central, siendo una disfunción del sistema auditivo central en el cerebro.
Lo peor de la misofonía es que se sabe aún muy poco del tema. Se desconoce qué la origina, lo que dificulta, notablemente, su curación. Se trata de una una respuesta desproporcionada del sistema nervioso que genera inquietud, malestar, aversión hacia sonidos que, para algunos, son inaudibles. Los pocos tratamientos que, por ahora, consiguen algún resultado consisten en enseñar al paciente a eliminar los sonidos que más le perturban de los que emiten diferentes aparatos que muestran diferentes tipos de zumbidos. Una terapia que, desgraciadamente, no consigue mejorar todos los casos.
Volver al indiceAbordaje conceptual
La misofonía tiene como origen etimológico dos palabras griegas que significan “odio al sonido”. No debe confundirse con hiperacusia, que sería una alta sensibilidad al sonido, pero siempre de forma general, a todos los sonidos. Tampoco con la algiacusia que significaría “dolor con el ruído”, que está más en el espectro de la hiperacusia.
La misofonía es un trastorno neurológico que se caracteriza por una reacción
negativa con una alta sensibilidad a ciertos sonidos. Se cree que el problema de base no se encuentra en nuestros oídos, sino en el sistema nervioso central y en su forma de interpretar los sonidos. Se postula que una posible causa es la asociación emocional que tiene el paciente con el sonido. Por ejemplo: traumas de la infancia, asociación con alguna situación estresante… Nuestro oído está conectado con el sistema límbico, el de las emociones, por tanto, la reacción emocional a un sonido es algo natural. Por suerte muchas veces la reacción emocional es agradable, buena (nos podemos emocionar con una música que nos recuerda a algo bueno). En el caso de la misofonía es todo lo contrario. Así el paciente tiene una mala tolerancia de algunos sonidos concretos, que no dependen del volumen de los mismos ni de las características del sonido. Estos sonidos desencadenan en el paciente problemas de ansiedad principalmente.
Existen sonidos que pueden desencadenar reacciones emocionales exageradas de ira o incluso pánico. Algunos de los sonidos que son referidos en nuestras consultas de otorrinolaringología como “odiosos” o misofónicos son: llanto de los bebés, ronquidos, ruidos producidos por animales, lugares concurridos con muchas voces a la vez, sonidos del ambiente como llamadas de teléfono…
Cualquier persona con alguna alteración psicofuncional podría, potencialmente, desarrollar una misofonía.
Es importante explicar a los demás lo que nos ocurre si sufrimos este problema para que se puedan evitar los sonidos molestos para el que lo padece, en la medida que sea posible.
La misofonía puede afectar la vida social de las personas que la padecen, ya que pueden evitar reuniones sociales o lugares concurridos. Síntomas.
Volver al indiceSintomas
Como se ha mencionado, el síntoma persistente es la reacción extrema y el malestar que generan los sonidos específicos para una persona y, aunque pueden aparecer en la infancia, los adultos también lo pueden comenzar a experimentar en cualquier momento. Todo comienza con una pequeña lista de sonidos, hasta que dicho listado se va engrosando y se van sumando otros sonidos que también resultan irritantes.
Ante ciertos sonidos, las personas con trastorno de misofonía pueden experimentar respuestas emocionales y fisiológicas intensas y a menudo negativas. Aquí hay algunos aspectos clave sobre cómo se siente una persona con misofonía:
Irritación o Enfado Intenso: Los sonidos específicos, como masticar, respirar fuerte o el clic de un bolígrafo, pueden provocar una reacción de irritación o enfado desproporcionado.
Ansiedad: La anticipación de estar expuesto a estos sonidos puede causar ansiedad y estrés. La persona puede preocuparse constantemente por encontrarse en situaciones donde estos sonidos puedan ocurrir.
Respuesta Física: Además de la irritación emocional, puede haber una respuesta física como tensión muscular, aumento del ritmo cardíaco o sudoración.
Evitación: Las personas con misofonía a menudo evitan situaciones en las que podrían encontrarse con sus sonidos desencadenantes. Esto puede incluir evitar comer con otras personas, usar auriculares con frecuencia, o limitar su participación en eventos sociales.
Impacto en las Relaciones: La misofonía puede afectar las relaciones personales, ya que los seres queridos pueden no entender la intensidad de la reacción a ciertos sonidos.
Frustración y Desamparo: Puede haber sentimientos de frustración por no poder controlar su reacción a estos sonidos y un sentimiento de desamparo por la dificultad para evitarlos en la vida diaria.
Reacciones Involuntarias: Las respuestas a los sonidos desencadenantes son a menudo automáticas e involuntarias, lo que puede hacer que la persona se sienta fuera de control.
Es importante recordar que la misofonía varía en severidad entre individuos, y lo que puede ser un leve irritante para uno, puede ser extremadamente perturbador para otro. La comprensión y el apoyo de familiares, amigos y profesionales de la salud son cruciales para ayudar a las personas con misofonía a manejar sus síntomas.
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Los pensamientos son violentos
Lo más impresionante de este trastorno es que la persona puede experimentar pensamientos violentos cuando percibe los sonidos que les molestan. Por ejemplo, han expresado sus deseos de golpear a otros, o evitar sitios en los que hay personas comiendo, como los trenes y restaurantes.
Aunque parezca increíble, la misofonía ha sido la causa de divorcios y de la pérdida de trabajo de algunas personas que no podían soportar el ambiente debido a los sonidos repetitivos, pues, se trata de un trastorno psiquiátrico que tiene un impacto bastante significativo en quien lo sufre.
Volver al indiceCausas de la misofonía
Se trata de un trastorno neurológico en el que los estímulos auditivos no son interpretados de forma correcta por el Sistema Nervioso Central.
Pero, ciertamente la misofonía es un trastorno relativamente poco comprendido y su causa exacta aún no se ha determinado completamente. Sin embargo, hay varias teorías y hallazgos de investigación que sugieren posibles factores contribuyentes:
Neurología y Conexiones Cerebrales: Algunos estudios sugieren que la misofonía puede estar relacionada con la forma en que el cerebro procesa el sonido. Las investigaciones han mostrado diferencias en la actividad de ciertas áreas del cerebro, como el córtex auditivo y las regiones límbicas, que están involucradas en el procesamiento emocional. Esto podría explicar la intensa respuesta emocional a ciertos sonidos.
Hipersensibilidad Sensorial: La misofonía puede ser una forma de hipersensibilidad sensorial, donde el cerebro reacciona de manera exagerada a estímulos sensoriales específicos. Esto es similar a lo que ocurre en otros trastornos sensoriales.
Experiencias Pasadas y Condicionamiento: Algunas teorías sugieren que la misofonía puede desarrollarse a través de un condicionamiento negativo. Por ejemplo, si un sonido se asocia repetidamente con una experiencia negativa o estresante, el cerebro puede aprender a reaccionar a ese sonido con irritación o ansiedad.
Factores Genéticos: Hay indicios de que la misofonía puede tener un componente genético, aunque se necesita más investigación para comprender mejor esta conexión.
Problemas de Salud Mental: La misofonía a veces se asocia con trastornos de salud mental como la ansiedad, la depresión y el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC). Sin embargo, no está claro si estos trastornos contribuyen a la causa de la misofonía o si son consecuencia de vivir con el trastorno.
Desarrollo Temprano: Algunos expertos sugieren que la misofonía puede desarrollarse en la infancia o la adolescencia, pero aún no está claro por qué algunos niños desarrollan este trastorno y otros no.
Respuesta al Estrés: La misofonía también podría estar relacionada con la forma en que el cuerpo y el cerebro responden al estrés. Las personas con misofonía a menudo muestran una respuesta de estrés más intensa a los sonidos desencadenantes.
Es importante destacar que la misofonía es un trastorno complejo y probablemente multifactorial, lo que significa que puede haber varias causas y factores contribuyentes. La investigación continúa en este campo para obtener una mejor comprensión de la misofonía y cómo tratarla de manera efectiva.
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Tratamiento para la misofonía
Lamentablemente, en la actualidad no existe una cura o un tratamiento para la misofonía; sin embargo, el médico pudiese recomendar algunas terapias para sobrellevar el malestar. Sin embargo, es destacable que muchos de los que padecen de misofonía tienen cuadros médicos parecidos a los de las personas con Obsesivo Compulsivo (TOC).
Por ello, algunas instituciones recomiendan la aplicación de terapias cognitivas o cognitivas conductuales, tratando de comprender cómo se siente la persona y cómo este padecimiento afecta sus vidas.
El tratamiento de la misofonía como tal, con intención curativa, no existe. Pero se recomienda a los pacientes realizar tratamiento psicológico para poder “entrenar” a nuestro cerebro y que no considere molestos estos sonidos. Algunas veces la misofonía puede estar causada por algún trastorno psicológico o psiquiátrico que también requeriría la opinión de un experto y el tratamiento de la causa.
El tratamiento de la misofonía puede ser un desafío, ya que no existe un enfoque único que funcione para todos. Sin embargo, hay varias estrategias y tratamientos que pueden ayudar a manejar los síntomas:
Terapia de Sonido: Algunos especialistas utilizan la terapia de sonido para ayudar a las personas con misofonía. Esto puede incluir el uso de ruido blanco o música para enmascarar los sonidos desencadenantes.
Terapia Cognitivo-Conductual (TCC): La TCC es una forma de psicoterapia que puede ayudar a las personas a cambiar sus respuestas emocionales y de comportamiento a los sonidos desencadenantes. Puede enseñar a los pacientes a manejar su estrés y a modificar sus pensamientos y comportamientos negativos asociados con los sonidos.
Entrenamiento de Relajación y Técnicas de Manejo del Estrés: Técnicas como la meditación, la respiración profunda y la relajación muscular progresiva pueden ayudar a reducir la tensión general y mejorar la capacidad de lidiar con los sonidos desencadenantes.
Desensibilización: Este enfoque implica la exposición gradual y controlada a los sonidos desencadenantes en un entorno seguro para reducir la sensibilidad a estos sonidos con el tiempo.
Asesoramiento y Apoyo: Hablar con un terapeuta o unirse a un grupo de apoyo puede ser útil. Compartir experiencias y estrategias con otras personas que tienen misofonía puede proporcionar consuelo y consejos prácticos.
Protección Auditiva: Algunas personas encuentran útil usar tapones para los oídos o auriculares con cancelación de ruido en situaciones donde es probable que se encuentren con sonidos desencadenantes.
Medicación: Aunque no hay medicamentos específicos para la misofonía, en algunos casos, los medicamentos utilizados para tratar la ansiedad o la depresión pueden ser útiles para controlar los síntomas relacionados.
Educación y Concienciación: Entender la misofonía y educar a los familiares, amigos y compañeros de trabajo sobre el trastorno puede ayudar a crear un entorno más comprensivo y de apoyo.
Terapia Ocupacional: Los terapeutas ocupacionales pueden ayudar a las personas a desarrollar estrategias para manejar situaciones cotidianas que se ven afectadas por la misofonía.
Es importante que las personas con misofonía busquen ayuda profesional para encontrar el enfoque de tratamiento más efectivo para su situación particular. Un médico o un especialista en salud mental puede proporcionar orientación y referencias a terapeutas que tienen experiencia en el tratamiento de la misofonía.
Volver al indiceVivir con misofonía
Vivir con misofonía supone un reto, hay quienes intentan ocultar la molestia de los ruidos detonantes con música, mientras que otros intentan evitar los lugares en los que se produce, pero dependiendo de la gravedad del trastorno, la persona puede incluso distanciarse y evitar algunas relaciones personales o involucrarse en ciertas actividades sociales.
Estas personas se sienten incomprendidas, ya que se les suele catalogar como histéricas o exageradamente sensibles. Sin embargo, es importante acudir con el médico para comprobar que realmente se padece de misofonía.
Volver al indiceFobia al ruido
La misofonía, además, es mucho más enrevesada y difícil de tratar cuando ese rechazo se traslada, incluso, a las personas que lo provocan. Los psiquiatras hablan incluso de 'fobias' ocasionadas por esa unión del ruido que molesta y la persona que lo transmite. Se unen dos elementos que lastiman al paciente: el sonido en sí y la persona que lo efectúa.
Pero sin llegar a estos extremos, el sonido forma parte de tu vida y cuanto más lo cuides y elijas mejor se incorporará a tu persona. Intenta fabricarte, dentro de tus posibilidades, tu espacio con los sonidos que mejor te arropen. Elige los que quieres que te envuelvan cada noche, arrullándote hasta que te duermas. El maravilloso universo de los podcast te permite elegir el tema que más te gusta, la música que más te hace desconectar, los sonidos que hacen de tu descanso un lugar sagrado en el que escuches lo que más te guste. Algo tan simple como seguir este procedimiento cada noche puede ayudarte a descansar mejor.
Volver al indiceFuentes consultadas
https://www.elmundo.es/yodona/lifestyle/2021/11/15/618e6fb6fc6c83e5028b45be.html
https://www.psicoactiva.com/blog/misofonia-definicion-causas-tratamiento/
https://www.aural.es/blog/que-es-la-misofonia-sintomas-y-tratamiento